Esta pagina web no es informativa, es un desahogo personal viendo el desamparo que tienen las familias y los propios adictos, esa poca información que hay aquí está sacada de experiencia personal y de investigación.

Si eres adicto a algo entra aquí

Mientras las familias creamos que el problema de tener un adicto en casa es nuestro, no esperemos que nadie venga a ayudarnos.

Cuando la familia se da cuenta de que un ser querido tiene problemas de adicción.

Buscar información sobre el tema, acudir al médico para que nos asesore.

Reunión familiar, la familia asesorada por expertos elabora un plan, cómo llevar la convivencia, una convivencia sin reproches, pero con límites, cómo no prestarles dinero, no mentir por ellos.

Veremos cómo la adicción se puede tratar cuando la familia reacciona informándose, actuando cómo una unidad.

 Se puede ser adicto a cualquier cosa, es algo que empieza como inocente distracción, pero en algún momento acaba dominando todos los actos y decisiones.  

Da igual de que es la adicción, si es con sustancias o sin ellas, cualquier adicción le quita al afectado tiempo y dinero, pero también su futuro.

Cuando el entorno descubre la adicción en uno de sus miembros, ya ha pasado mucho tiempo. Lo que vemos es la punta del iceberg.

Señales de alarma. 

  1. Comunicación: poca y superficial
  1. Dinero: la mayoría de las adicciones son caras

La alarma que primero suele saltar es la económica.

La afición/adicción es cara, por ejemplo juego, compras, drogas

La adicción perjudica el rendimiento laboral, comer poco, la adicción a las pantallas.

Normalmente la vida de un adicto está marcada por problemas económicos, podrá tener muchos ingresos mensuales, y aún así es difícil que llegue a final de mes. Nunca dirá la verdadera razón, siempre son gastos imprevistos o maquilla las cuentas mientras puede.

Se van descubriendo comportamientos cómo que se miente, la comunicación cada vez es más escasa, y suele basarse en necesitar dinero, siempre hay un imprevisto que hay que solucionar rápido, y la solución pasa por más dinero. Y la urgencia con la que se pide es real, tan real como que necesitan una nueva dosis, y la necesitan ya. La urgencia con que lo piden dificulta que pensemos adecuadamente y acabamos por dar el dinero con tal que desaparezca esa urgencia.

La familia comprueba que desde que empezó la adicción, la comunicación fue superficial, escurridiza, evasiva y efímera. Con mentiras y engaños con el propósito de mantener a los demás al margen de sus problemas, y la poca comunicación era para conseguir dinero.

Trucos para detectar la mentira 

Es importante que los allegados se comuniquen entre ellos cualquier cosa relacionada con el adicto, para impedir la manipulación y acercar el día que esté dispuesto a ser ayudado. Y si dice esto no lo cuentes, con más motivo y brevedad hay que contarlo.

Qué hacer:

 1. No es un problema menor, es una persona querida que va a la deriva, y va ha llevar a la deriva a todo aquel que le siga el juego, o no quiera ver la gravedad del problema.

2. Informarse con profesionales, o familiares que han pasado por lo mismo.

Es aconsejable que la propia familia pida ayuda profesional para que les aconsejen de cómo tratar a su familiar adicto.

Para poder ayudar hay que saber cómo hacerlo, es ir a un psicólogo o incluso a más de uno, hasta encontrar el que mejor nos ayude y decir; «tengo un familiar con tal adicción, que puedo hacer». 

3. Acudir a reuniones con Asociaciones de afectados de la misma adicción,

Tanto a las reuniones de adictos con adictos, cómo reuniones de familiares, suelen haber reuniones en las que el mismo día y hora, el adicto se reúne en una sala con otros adictos, y en otra sala se reúnen los familiares.

Está fórmula da muy buenos resultados para ambos, pero lo importante es que busquemos en la zona que asociaciones hay y acudamos a ellas.

4. En casi todas las familias hay un problema de adicción más o menos grave.

No se sabe, porque tenemos la mala costumbre de esconder el problema, no es una vergüenza tener un familiar adicto. 

Al decirlo alertamos a otras familias de lo que les puede venir.

Compartimos experiencias y soluciones, nos damos cuenta que hay otros que han pasado por lo mismo, algunos les ha ido bien y nos dan buenos consejos.

Pero descubres la enorme cantidad de familias que aún no han visto la punta del iceberg en su familia, saben que algo pasa, pero confían en su ser querido, confían en la esperanza, es decir en desviar la mirada del problema pensando que se arreglará sólo, tratan de ocultar lo que todo el mundo ve. 

El mundo tiene que saber la magnitud del problema, si cada familia lo oculta es como si no pasa nada, entonces la sociedad, los gobiernos no van a preocuparse en dar solución.

5. No culparse 

Es fácil pensar que no evitamos que el niño o la niña se traumatizaran, que no los vigilamos lo suficiente, etc.

Y entrar en especulaciones sobre qué pudo haberlos traumatizado, que les provocó caer en adicción, por qué no lo vimos venir y evitarlo. 

Nunca caer en eso, es una tortura mental que va ha destruir la salud de la familia y va ha hacer imposible ayudar a nadie.

La empatía es; te veo sufrir, siento lo que sientes, vamos a elaborar un plan para sacarte de ahí, puede ser buscar un salvavidas o una cuerda si se está ahogando, o buscar un psicólogo si es una adicción, pero sin plan no hay salida.

6. Perdonarse.

Perdonar y perdonarse es una actitud que nos permite estar en paz con el pasado, para así estar al cien por cien aquí y ahora, con el máximo de energía para solucionar cosas.

Tenemos que ser personas solución, que aportamos soluciones allí donde estamos.

El adicto.

No busques la evasión, el alivio del dolor en la adicción, eso es un parche que no dura nada

Consigue la libertad permanente perdonando a los demás, pero sobre todo a ti mismo 

Los demonios que tratamos de evitar los llevamos dentro, no sirve huir, ni silenciarlos con cualquier droga o comportamiento adictivo, sirve aceptarlos para que desaparezcan. 

Esos demonios son nuestros miedos, frustraciones y demás sentimientos negativos, que hemos ido creando, solo mirándolos de frente desaparecen, sin luchar, reconociendo y aceptando que son parte de nosotros, al fin y al cabo nos persiguen para reclamar nuestra atención, evitarlos los hace crecer. 

Si los tapamos con drogas o conductas adictivas los multiplicamos.

Y si luchamos contra ellos cada vez nos sentiremos más débiles, ya que peleamos contra nosotros mismos.

Perdónate y perdona, dale paz al pasado.

Date un abrazo, abraza al mundo 


Donde acudir

Son muchas las familias que cuando buscan ayuda profesional ya tienen una economía perjudicada


Cuándo intervenir

Cuando antes mejor, actuar ante los primeros signos de adicción y nos evitaremos grandes sufrimientos

En cualquier acción hay que contar con el consentimiento del ser querido, cosa nada fácil ya que el adicto no es consciente del problema, y cuando lo es prefiere seguir sus rutinas, en ningún momento está en sus planes reconocer nada, sincerarse con la familia, ni aceptar ninguna ayuda.

Pero hay formas de contar con su colaboración

Tiene que tener claro que va ha tener todo el apoyo de la familia si respeta las normas de la familia 

Que todos los intentos de mentir y manipular no sirven de nada, y si hay violencia menos aún.

No puede

Mentir, manipular, cualquier atisbo de violencia verbal, física o chantaje emocional

Si no respeta ésto nunca podrá dejar la adicción, irá a peor, y ese camino lleva a perder familia, trabajo y vivir en la calle.

Sin respetar normas cualquier ayuda solo sirve para alimentar su adicción

Cualquier persona que conviva con él está a merced de la vida caótica y destructiva propia del adicto

La convivencia se hace inviable en un mismo domicilio, si no quiere dejarlo, ni aceptar las normas de la familia, tendrá que dejar el domicilio familiar.

Si la familia es firme en las normas acercamos el momento de que acepte piense en dejar la adicción.
Aprovechar los momentos que toca fondo, que se sienta más débil y derrotado, en esos momentos es más fácil que acepte ir a tratamiento, o ingresar en centros.


Tenemos que ser capaces de actuar en varios frentes, saber distinguir las situaciones y actuar en cada una de la forma que corresponde.

  1. Cuando hace lo correcto:

Reconocer y valorar lo que hace bien, a todos nos gusta que nos valoren lo que hacemos bien, las personas adictas con su autoestima muy baja, que los valoren en los momentos que actúan bien es un refuerzo para que sigan con esa actitud, es la mejor forma de alejarlo de los pensamientos de refugiarse en la adicción. 

  1. Cuando hace las cosas mal:

Tolerancia cero con lo que hace mal, mantener la unidad familiar cómo muro ante lo que hace mal, cómo pedir dinero o dejarse llevar por la adicción, que sepa que con  un comportamiento inaceptable, con esa actitud se queda sólo.

  1. En los momentos de abstinencia:

Si hay algún momento que tenemos que tener paciencia es cuando hay voluntad de dejarlo, no es fácil llegar a ese momento, y para la persona que trata de dejar su adicción afronta un reto que muchas veces no se consigue, o se recae. Es muy importante en los momentos de abstinencia tener paciencia, es una lucha para ellos y necesitan todo el apoyo para no recaer.


Cuando eres adicto

Si has llegado hasta aquí ya has quemado varias etapas


Reuniones con Asociaciones de afectados de la misma adicción. 

El diálogo con la persona enferma será más sincero y efectivo.

Gran parte del éxito que tienen las reuniones con afectados con la misma adicción, como Alcohólicos Anónimos, Jugadores Anónimos, Narcóticos Anónimos, etc. es que entre ellos se pueden comunicar sin necesidad de engañar o maquillar nada, todos han pasado por las mismas etapas, han cometido los mismos errores, han pasado por lo mismo, han sufrido a la par, se han visto su autoestima por los suelos.

Cuando van a estas reuniones, también suele haber reuniones paralelas para familiares de los afectados donde también comparten experiencias, y el poder hablar también es terapia para la familia.

Con estas reuniones se descubre la comunicación sincera, el adicto puede hablar con otros de sus vivencias, sus sentimientos, sus miedos  y los otros lejos de indignarse le cuentan que ellos han pasado por lo mismo.

Lo mismo ocurre con las reuniones de los familiares, pueden hablar de cómo es vivir con un adicto sin ver esas miradas de sorpresa, como sucede cuando se habla con quién no tiene este problema, pero hablarlo con otros familiares de afectados no solo ayuda a liberar un dolor, que sólo los que han pasado por lo mismo entienden, ayuda a recibir comprensión y apoyo real, cómo consejos para poder convivir y ayudar al ser querido.

Después de estas experiencias veremos que hemos estado años sin una verdadera comunicación

Cómo actuar:

Toda ayuda viene de un correcto diagnóstico y de saber cómo tratar ese problema, identificar para poder desactivar.

Es habitual que si se trata de un ser querido tratemos de minimizar el problema.

«Es algo puntual«, que es lo que suele decir el adicto, incluso cuando se lleva años con esa excusa y la familia la acepta como descanso mental y esperanza 

Pero la esperanza no ayuda en nada, todo lo que nos aleja de la realidad tal cual es, sólo consigue agravar el problema y alejar las soluciones.

Reconocer el problema en su real magnitud, es el primer paso para resolverlo. Una vez asimilado «lo que hay», informarse con los psicólogos de la mejor forma de actuar, la mejor forma de dialogar.

Los primeros pasos

Estar preparados para ayudar, convivir con un adicto no es fácil.

Se suele hablar de terapia para el adicto, la primera terapia es para la familia, para los que conviven con él 

La familia ha de tener líneas rojas para proteger su salud mental, emocional y económica. Si cae la familia, cae el adicto

En los años ochenta cuando la adicción de heroína, pilló desprevenidos a muchos padres, fueron muchas madres y padres que murieron de sufrimiento antes que sus hijos de las drogas, no hay forma de medir el nivel de dolor, de impotencia, de ver a un hijo o un familiar con un nivel de adicción de esa magnitud.

Algunos psicólogos dicen:

¿En qué fase estáis?

¿En la tres es cuando se le echa a la calle?

Si algo se ha aprendido es que puede pasar, entonces.

Haremos todo lo posible por salvar a un ser querido, para que no caiga.

Cómo haremos todo lo posible para no caer nosotros, en depresiones, en que nos bajen las defensas del sistema inmunitario. 

La salud de la familia es prioritaria, tarde o temprano se ha de proteger y el adicto salir del domicilio familiar.

Una formula muy utilizada es pagarle una habitación fuera de casa, los expertos dicen de no pagarles nada, pero es muy duro verlos durmiendo en la calle.

Vamos a necesitar estar lo más serenos posible, con una salud mental y emocional lo más sana y fuerte posible.

Con la unidad familiar como elemento básico e imprescindible 

La Unidad familiar.

El adicto está acostumbrado a mentir, y a decirle a cada uno lo que quiere escuchar, con el objetivo de que lo dejen en paz y conseguir dinero.

La unidad familiar es vital, hay que compartir toda la información por pequeños detalles que sean, para impedir cualquier intento de manipular y dividir la unidad familiar.

Decidir entre todos una estrategia, cuando haya dudas, volver a reunirse, pero que el adicto, ese familiar o amigo que queremos ayudar no vea brechas ni fisuras.

Que cada uno sepa qué papel ha de adoptar, que una persona sea el portavoz, el que negocie con el adicto. 

Aconsejamos encarecidamente la lectura del enlace de la Clínica Mayo sobre cómo realizar una intervención, es cuando la familia se reúne con profesionales para informarse y planificar una intervención, que será una reunión con el adicto, la familia y profesionales.


 Compartimos un texto de la Clínica Mayo 

Intervención: Ayuda a un ser querido a superar una adicción

Una intervención puede motivar a alguien a buscar ayuda para tratar el abuso de alcohol o drogas, la alimentación compulsiva u otros comportamientos adictivos. Descubre cómo hacerla y cómo lograr que tenga éxito.

¿Cómo funciona una intervención?

Una intervención, generalmente, comprende los siguientes pasos:

  1. Elabora un plan. Un familiar o un amigo propone una intervención y forma un grupo de planificación. Es mejor consultar a un consejero profesional calificado, un profesional especializado en adicciones, un psicólogo, a un asesor de salud mental, un trabajador social o un intervencionista para que te ayude a organizar una intervención eficaz. Una intervención es una situación con una alta carga emocional y con el potencial de generar ira, resentimiento o una sensación de traición.
  2. Infórmate. Los miembros del grupo se informan sobre la dimensión del problema de tu ser querido e investigan sobre la afección y los programas de tratamiento. El grupo puede comenzar con arreglos para inscribir a tu ser querido en un programa de tratamiento específico.
  3. Forma el equipo de intervención. El grupo de planificación forma el equipo que participará personalmente en la intervención. Los miembros del equipo fijan una fecha y un lugar, y trabajan juntos para presentar un mensaje coherente y ensayado, así como un plan estructurado. Por lo general, los miembros del equipo que no son familiares ayudan a que la discusión se mantenga enfocada en los hechos del problema y en las soluciones compartidas en lugar de en respuestas emocionales intensas. No dejes que tu ser querido sepa lo que están haciendo hasta el día de la intervención.
  4. Decide las consecuencias específicas. Si tu ser querido no acepta el tratamiento, cada persona del equipo debe decidir qué medida tomará. Por ejemplo, puedes decidir pedirle a tu ser querido que se mude de tu casa.
  5. Haz notas sobre lo que dirás. Cada miembro del equipo describe incidentes específicos en los que la adicción causó inconvenientes, como problemas emocionales o económicos. Analiza el daño que causó el comportamiento de tu ser querido al mismo tiempo que expresas preocupación y expectativas respecto al hecho de que puede cambiar. Tu ser querido no puede discutir sobre hechos ni sobre tu respuesta emocional ante el problema. Por ejemplo, comienza diciendo lo siguiente: «Me molestó y me hizo daño que bebieras…».
  6. Haz la reunión de intervención. Se le pide a tu ser querido con una adicción que vaya al sitio de la intervención sin decirle el motivo. Luego, los miembros del equipo se turnan para expresar sus preocupaciones y sentimientos. Se le presenta una opción de tratamiento a tu ser querido y se le pide que la acepte en ese momento. Cada miembro del equipo dirá qué cambios específicos hará si tu ser querido no acepta el plan. No amenaces con una consecuencia, a menos que estés listo para llevarla a cabo.
  7. Haz un seguimiento. Involucrar al cónyuge, a los familiares o a otros es fundamental para ayudar a alguien que tiene una adicción a seguir el tratamiento y a evitar recaídas. Esto puede comprender cambiar patrones de la vida diaria para que sea más fácil evitar los comportamientos destructivos, ofrecerse a participar en la terapia de tu ser querido, buscar tu propio terapeuta y tu propio apoyo de recuperación, y saber qué hacer en caso de una recaída.

Una intervención exitosa debe estar planeada cuidadosamente para que tenga los efectos previstos. Una intervención mal planificada puede empeorar la situación: tu ser querido puede sentirse atacado y puede aislarse o volverse más reticente al tratamiento.

 Escrito por el personal de Mayo Clinic


Lo que siente el adicto

Los reproches.

Cuando el adicto no solo perjudica su vida, sino que su adicción perjudica al entorno laboral, a la familia, lo normal es reprochar el comportamiento.

En ese punto hay que tener claro unos conceptos

  1.  Cuando el entorno descubre la adicción en uno de sus miembros, ya ha pasado mucho tiempo. Lo que vemos es la punta del iceberg.

Tiempo en el que la persona se dio cuenta que perdió el control, que los daños personales y colaterales son tantos que es cuando todo el mundo lo puede ver. Ya no es capaz de ocultarlo, ya no hay mentira y argumentos improvisados que puedan maquillar la realidad.

 La persona es la primera en saber cómo ha destrozado su vida y perjudicado la de las personas que ama.

 Ya lleva tiempo autocastigarse, viendo su autoestima por los suelos, sabe que ha perdido el tren de una vida normal, con aspiraciones y motivaciones, solo le queda que cuando tenga dinero evadirse esos minutos, unos minutos para dejar de sentirse culpable. 

  1.  Por lo tanto los reproches no sirven, solo aumentan la frustración y las ganas de evadirse con una nueva dosis 

No escuchan, su cerebro está esperando la palabra mágica;  “te doy dinero”, todo lo demás son palabras que de tanto escucharlas incluso de él mismo carecen de significado. 

Todo lo que le podamos reprochar ya lo ha hecho él miles de veces. 

Cuando prometan o den la razón, realmente están pidiendo una tregua, un dejarlo ya.  

Desde que la afición pasó a ser adicción empezaron las mentiras

El propio afectado se miente a sí mismo, diciendo que es todo puntual y está todo bajo control, que en el momento que quiera dejarlo lo hará sin ningún problema, ni esfuerzo.

Pero el día que pretende dejarlo y no puede, o lo dejó pero recayó, viene el problema de la autoestima por los suelos, y más ansia para conseguir aquello con lo que se evade. Para poder olvidar y seguir con el autoengaño.

La autoestima

El quererse y valorarse uno mismo es el combustible que nos hace movernos y avanzar día a día.

  1.  La autoestima del adicto está por los suelos, cuando es evidente su adicción ya que son visibles los efectos destructivos de no poder controlar los impulsos.
  1. La autoestima de la familia o cuidadores es un bien imprescindible para su propia salud y poder ayudar adecuadamente

La autoestima, la salud mental y emocional, la serenidad de la familia no puede ponerse en peligro, más vale una retirada a tiempo, que perder la serenidad necesaria para poder ayudar eficazmente

  1. Partiendo de que uno está bien, podemos ayudar a otros a estar bien.

El adicto no se valora, se acuerda en todo momento lo que ha perdido, lo que ha dañado, personas, parejas, trabajos, su vida es un desastre, esclavo de una sustancia o comportamiento nocivo, que es consciente cómo y cuánto le perjudica, pero también le sirve como evasión y olvidó. 

Cuando uno se ve cómo un fracasado, piensa que todo está perdido y solo busca olvidar, que es lo que le ofrece la adicción.

  1.  Subir la autoestima de un adicto

Reconocerle las cosas que hace bien.

Reconocer y valorar lo que hace bien, a todos nos gusta que nos valoren lo que hacemos bien, las personas adictas con su autoestima muy baja, que los valoren en los momentos que actúan bien es un refuerzo para que sigan con esa actitud, es la mejor forma de alejarlo de los pensamientos de refugiarse en la adicción. 

Etapas de la Adicción:

  1. Disfrutando de la afición.

Toda adicción empieza por una afición, Se puede ser adicto a cualquier cosa, es algo que empezó como inocente distracción, pero en algún momento acaba dominando todos tus actos y decisiones.  

La línea que separa la afición de la adicción es cuando perjudica más que beneficia   

La afición deja de ser divertida y empieza a esclavizarte 

Acudimos a la afición para divertirnos.

Acudimos a la adicción para evadirnos y olvidar. 

Un elemento común en las adicciones es la necesidad de un placer al instante, el efecto de gratificación, placer, recompensa, fiesta, hacerte un homenaje, que dura, lo que dura la sustancia, la pastilla, la partida si es juego o el atracón si es comida.

En las primeras etapas en que la adicción es aún afición (por el hecho de que no perjudica). Uno cree que lo que hace está bien, es una distracción.

  1. Todo va bien.

La afición toma un protagonismo total, en tiempo, en dinero, en no dejar de pensar en ello, pero uno sigue pensando que está todo bien.

  1. Algo pasa.

Al dedicar tanto tiempo y recursos significa que se están descuidando otras tareas cómo el trabajo, la pareja, la familia, la economía. Se empieza a ser consciente de que algo va mal, aunque los culpables son los demás.

  1. Yo controlo.

En algún momento se da cuenta de que tal vez sea la afición convertida en adicción la causante de los problemas, pero piensa que es algo que puede controlar.

  1. Impotencia.

Cuando se hace evidente que no hay control alguno, y se es consciente del efecto nocivo en la propia vida y la de los demás, esa revelación de la realidad provoca sentimiento de impotencia y la autoestima sale muy perjudicada, en ese momento entra en la etapa de ocultar su problema a los demás. 

  1. Negación y evasión.

El darse cuenta de cómo ha perjudicado su vida y la de sus personas cercanas, y que es incapaz de remediarlo, entra en una fase en que la afición/adicción ya no es tan lúdica, es más bien evasión y olvido, y por esos momentos se puede mentir y autoengañarse, es cuando el adicto asume su derrota y trata de evitar todo tipo de comunicación y contacto. Pero no sólo evita la comunicación con los demás, también consigo mismo, quedarse a solas y deprimido es sinónimo a buscar evadirse y la adicción es el recurso fácil

  1. Recaídas.

La adicción es una enfermedad crónica, las recaídas son habituales, pero hay que evitarlas, y la mejor forma es ser consciente de que es fácil caer, por eso se aconseja ponerse metas accesibles, 24 horas libre de la adición, “24 horas”, es el lema de Alcohólicos Anónimos, o Jugadores Anónimos.

  1. Las relaciones.

Su relación con los demás está marcada por un mínimo de comunicación, cuando la hay es evasiva, o tratan de conseguir algo, por ejemplo dinero, en ese caso la comunicación no es sincera, van a inventar historias para conseguir el dinero que necesitan. 

  1. Tocar fondo

Es cómo una recaída pero que se sienten agotados. Es cuando no pueden más y están dispuestos a ser ayudados. Hay que aprovechar esos momentos, son los que con más sinceridad nos podrán hablar. 

  1. Grados de adicción

Da igual los tipos de adicción, si son con sustancias o de conducta, la diferencia entre ellas está en la gravedad que va en función de la discapacidad que genera, 

  1. Afición
  2. Afición que absorbe otras actividades
  3. La afición que perjudica la vida social o laboral, ya es adicción 
  4. Adicción que destruye la convivencia, que provoca despidos laborales 
  5. Adicción que imposibilita vivir con otras personas, sujetar un trabajo
  6. Adicción que lleva a vivir en la calle

Adicción sobre la salud

Es la adicción a comer compulsivamente lo que lleva a la obesidad, pero también es grave cuando la preocupación por una buena salud se convierte en obsesión y adicción.

Hay casos en que la preocupación sobre si lo que se come es sano ha llegado a un nivel de desconfianza tal que lleva a la persona a comer con angustia, lo que le lleva a la anorexia.

Ludopatía

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